¿Puedo seguir amamantando a mi bebé si estoy enferma?
¡Sí! En la mayoría de los casos, es seguro y recomendable continuar amamantando a tu bebé durante una enfermedad. El VIH o la enfermedad por el virus del Ébola son un par de excepciones. Consulta con tu médico, ya que en estas circunstancias no se recomienda la lactancia materna.
La leche materna refuerza el sistema inmunitario de tu bebé
Cuando estás enferma, tu cuerpo produce anticuerpos para ayudar a combatir la enfermedad. Estos anticuerpos se comparten con tu bebé a través de la leche materna, lo que significa que tu leche materna ayuda a mantenerlo sano. Además de los anticuerpos beneficiosos, la leche materna contiene la nutrición completa que tu bebé necesita para fortalecer su sistema inmunitario.
Suministro de leche
Cuando una madre lactante se enferma, es normal experimentar una disminución temporal en la producción de leche. Esto se debe a que dedica gran parte de su energía a la recuperación en lugar de a la producción de leche. Si le preocupa, controle la producción de pañal. Cuídese mucho, descanse bien y beba suficiente líquido. Continúe amamantando a demanda, usando ambos pechos. ¡Su producción de leche se recuperará!
Medicamentos
No todos los medicamentos pasan a la leche materna, pero es importante consultar con su médico sobre la seguridad de todos los medicamentos, ya sean de venta libre o recetados, antes de tomarlos. Si su médico considera que es seguro amamantar durante su enfermedad, asegúrese de lavarse bien las manos antes de manipular a su bebé, sus pechos, biberones y piezas del extractor. Asegúrese de seguir las precauciones de seguridad adicionales que le recomiende su médico.
Cuando el bebé está enfermo
Si su bebé está enfermo, su sistema inmunitario reconoce el virus o la bacteria a través de la saliva cuando se prende al pecho. Su cuerpo, a su vez, produce anticuerpos contra el virus o la bacteria, que se transmiten a su bebé a través de la leche materna. Este proceso de producción de anticuerpos personalizados solo toma unos 20 minutos desde que la saliva de su bebé entra en el pecho.
FUENTES: