¿Es normal que mi bebé amamantado tenga tantos gases y regurgite tanto?
Esta es una gran pregunta y una preocupación común. La mayoría de los recién nacidos tienen gases, regurgitan y están irritables. Esto suele ser normal y puede ocurrir porque el sistema digestivo del bebé aún está en desarrollo.
Una de las razones de las regurgitaciones frecuentes es una válvula suelta en la parte superior del estómago, llamada esfínter esofágico inferior (EEI). Esta válvula ayuda a mantener la leche en el estómago y, antes de que se desarrolle por completo, puede volver a subir con facilidad.
Otra parte del desarrollo se denomina cierre intestinal, donde los intestinos del bebé comienzan a sellar pequeños espacios para digerir mejor los alimentos y evitar la entrada de gérmenes.
La irritabilidad y las regurgitaciones también pueden deberse a otros factores, como estirones de crecimiento u otros problemas digestivos menores. Es importante consultar con el médico de su bebé para descartar estas causas comunes de gases y regurgitaciones.
¿Podría ser una alergia?
Una alergia verdadera a la leche materna es muy poco frecuente. Si un bebé muestra signos de alergia o intolerancia, generalmente no se trata de la leche materna en sí. Puede ser una reacción a un alimento de la dieta de la madre (generalmente lácteos o soja, pero a veces otros desencadenantes como huevos, trigo o frutos secos) que pasan a la leche.
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Causas comunes y qué puede hacer
1. Posición para amamantar y agarre
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- Un agarre superficial (o un bebé que no se sella bien) puede provocar que trague más aire.
- Las señales de un agarre deficiente incluyen escuchar chasquidos, ver leche goteando por las comisuras de la boca o que el bebé pierda la succión.
- Use técnicas de posicionamiento adecuadas para lograr un buen agarre. Asegúrese de que los labios de su bebé estén abiertos hacia afuera y que el agarre sea profundo.
- Los frenillos linguales o labiales también pueden provocar un agarre deficiente y una mayor ingesta de aire. Consulte con su médico, dentista o un asesor de lactancia certificado si sospecha que tiene un frenillo.
2. Problemas con la alimentación con biberón
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- Una tetina de flujo rápido puede hacer que el bebé trague leche de un trago y aire. Opte por una tetina de flujo lento.
- Intente una alimentación con biberón a un ritmo más lento para disminuir el flujo y reducir la ingesta de aire.
- Evite que su bebé succione aire cuando el biberón esté vacío.
3. Sobrealimentación
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- Ya sea amamantando o alimentando con biberón, los bebés pueden ingerir más leche de la que pueden digerir cómodamente.
- Si cree que tiene un exceso de producción, consulte consejos para controlarlo aquí.
Consejos para aliviar los gases
Prueba algunas técnicas sencillas para aliviar los gases y ayudar a tu bebé a sentirse más cómodo. Estos consejos suelen ser muy útiles para bebés con problemas digestivos comunes.
- Haga eructar a su bebé con frecuencia durante y después de las tomas.
- Masajee suavemente su barriguita.
- Haga movimientos circulares con las piernas del bebé.
- Sostenga a su bebé erguido e inmóvil durante al menos 15 minutos después de alimentarlo. Evite balancearlo o usar un columpio inmediatamente después.
- Pruebe la "posición mágica": Acueste al bebé boca abajo sobre su antebrazo, con su cabeza cerca de su mano y su trasero apoyado en su codo.
- Revise su flujo de leche: A veces, regurgita o tiene gases cuando la leche sale demasiado rápido para que su bebé la pueda manipular. Si tiene una bajada de leche fuerte, intente amamantarlo en una posición más relajada o deje que la primera salida rocíe un paño antes de que el bebé se prenda al pecho.
Cuándo llamar al médico de su bebé
La regurgitación suele ir acompañada de un eructo. La mayoría de los bebés que regurgitan son "escupedores felices": están contentos, crecen bien y no tienen problemas respiratorios. Si su bebé se identifica con este problema, probablemente no necesite intervención médica.
Llame a su médico si su bebé:
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- Parece muy incómodo al regurgitar.
- Llora o arquea los músculos antes de regurgitar.
- Tiene tos frecuente o ataques de atragantamiento.
- Vómitos en proyectil en grandes cantidades.
- Regurgita sangre o tiene regurgitación rosada/roja.
- Está bajando o subiendo de peso muy lentamente.
Nota: En raras ocasiones, los vómitos fuertes y repetidos (especialmente si son en proyectil) pueden deberse a una afección llamada estenosis pilórica. Esto ocurre cuando el músculo de la base del estómago se tensa demasiado, impidiendo que los alimentos pasen a los intestinos. Suele aparecer en las primeras semanas de vida y requiere tratamiento médico, así que siempre consulte con su médico si le preocupa.
Reflexiones finales
Los gases y las regurgitaciones suelen ser parte del desarrollo normal del bebé y suelen mejorar a medida que crece, especialmente alrededor de los seis meses, cuando empieza a sentarse solo.
¿Sigues preocupada? No estás sola. Contacta a tu pediatra, asesora de lactancia o consejera de lactancia de WIC para obtener apoyo. La mayoría de las veces, los bebés con gases y regurgitaciones no necesitan que sus madres cambien su alimentación ni se sometan a tratamientos especiales. Aun así, siempre está bien pedir ayuda cuando algo no está bien.
FUENTES:
https://www.askdrsears.com/topics/health-concerns/fussy-baby/comforting-gassy-baby
https://www.texaschildrens.org/content/wellness/whats-causing-gas-my-breastfed-baby
https://www.mayoclinic.org/diseases-conditions/infant-acid-reflux/symptoms-causes/syc-20351408
https://www.frontiersin.org/journals/microbiology/articles/10.3389/fmicb.2023.1236254/full
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